Lección 2

2-8 de abril

La caída

La caída:

  • La estrategia de la serpiente.
    • La serpiente era un animal con fama de astuto (aunque, por supuesto, no hablaba). Isaías habla de una “serpiente voladora”, y la identifica finalmente con Leviatán y con el Dragón (Is. 14:29; 27:1). Apocalipsis identifica este Dragón, la “serpiente antigua”, con Satanás (Ap. 20:2).
    • Presentándose de esta forma ante Eva, Satanás le pide que le aclare el significado de la Palabra de Dios. Y Eva estuvo encantada de poder resolver las “dudas” de la “serpiente” (Gn. 3:2-3).
    • Esto le dio pie a Satanás para introducir abiertamente en la mente de Eva dudas acerca de Dios (Gn. 3:4-5).
  • La reacción de Eva.
    • En Génesis 3:1-5 Satanás le propuso a Eva conseguir lo que él mismo no podía tener: inmortalidad y divinidad (1Tim. 6:15-16; Is. 14:14).
    • Y a Eva le pareció posible y deseable (Gn. 3:6). Creyó en la inmortalidad y comenzó a comportarse como Dios.
  • La reacción de Dios.
    • Dios le hizo muchas preguntas a Adán y a Eva (Gn. 3:9, 11, 13). Respuestas: intento de ocultar el pecado; justificación propia; culpabilizar a otros… ¿Suena familiar?
    • Adán y Eva se sienten engañados. Han creído en falsas esperanzas. Su pecado les separa de Dios.
    • ¿Cuál es la intención de Dios? Redimir. Intentar que el hombre reconozca su pecado para poder ofrecerle el perdón y la restauración.

Las consecuencias:

  • Maldición y promesa.
    • A través de la serpiente, Satanás es maldecido por Dios por ser el responsable de la existencia del mal (Génesis 3:14).
    • Esta maldición es seguida por una promesa en forma de profecía en tres partes:
      • La serpiente y la mujer: Habrá enemistad continua entre Satanás y la Iglesia de Dios (Ap. 12:17).
      • Los descendientes de la serpiente y los de la mujer: Habrá enemistad continua entre creyentes e incrédulos, entre los hijos de Dios y los hijos de los hombres (Gn. 6:2).
      • La simiente y la serpiente: Satanás “mordió” a Jesús clavándole en una cruz, pero Jesús destruirá finalmente a Satanás (Ro. 16:20; Heb. 2:14).
    • Muerte y esperanza.
      • Tener hijos y criarlos podría haber sido algo placentero, pero el pecado lo hizo doloroso. La simiente prometida no vendría sino con trabajo y sufrimiento.
      • Como cabeza del matrimonio, Adán fue responsabilizado de las consecuencias de su pecado. La tierra fue maldecida por su causa (Gn. 3:17), y a él se le anunció el regreso a la tierra de la que fue tomado (Gn. 3:19).
      • Ante la seguridad de la muerte, Adán se aferró a la esperanza prometida. Cambió el nombre de su mujer, Isha (Gn. 2:23), por el de Eva (Gn. 3:20), madre de la simiente que les liberaría de la maldición de la muerte.
      • Gracias sean dadas a Dios que, con su inmenso sacrificio, nos ofrece, en lugar de la muerte eterna, la vida eterna.

Resource Credit: fustero.es